4.26.2006

Pobre y pequeña Corea


Cuando se monta una pelea, es cosa sabida que el que se encuentra en medio se acaba llevando alguna hostia, y ésto es válido tanto para un tugurio como para las relaciones internacionales. El hecho de estar situada a medio camino entre China y Japón hizo que, cada vez que se pegaban, la pequeña Corea se llevase hostias sin comerlo ni beberlo. Desde antiguo, China nunca pedía nada a cambio a sus reinos vasallos colindantes: prácticamente nada de tributos, sólo que se arrodillasen, rozaran el suelo con la frente y reconociesen que China era superior, que su cultura era la más elevada. China era el Centro del Mundo y su Emperador, el Hijo del Cielo, era el encargado de mantener la Armonía del Cosmos.

Pero un día, hace más de 1000 años, le llegó una carta al Emperador de China; la carta tenía el remite de las islas del Este, del país de los enanitos -como llamaban los chinos a Japón-. Esta carta, nada más empezar, decía: "El Emperador del País por donde nace el Sol saluda al Emperador del País por donde se pone el Sol". El Emperador chino no leyó más. No cabía en sí de asombro, ¿Cómo era posible semejante atrevimiento?, ¿Cómo se atrevía ese reyezuelo bárbaro a compararse con el Hijo del Cielo, a situarse en términos de igualdad con Él? Tal descaro le resultaba inconcebible. China era el Celeste Imperio, Centro del Mundo y Ombligo de Buda, y su Emperador era el que hacía que brotasen las cosechas. Y, de pronto, ese bárbaro que vivía en una choza de paja y se sentaba en el puto suelo para comer pescado crudo se atrevía a autoproclamarse su igual. Fue entonces, más o menos, cuando China y Japón comenzaron a competir por ver quien era más chulo y a llevarse mal. Es lo que pasa con los vecinos: un día les prestas la escritura, otro día el confucianismo, al siguiente el budismo, cuando le pides que te los devuelva tu vecino se hace el loco y acabáis por retiraros el saludo, o incluso la cosa puede llegar a las manos.

Japón se podía poner chulo porque de China le separaba el mar, la verdad sea dicha. Y, aunque se pueda disponer de barcos, el mar protege mucho, para ejemplo el de Inglaterra. Una invasión por mar ya es una cosa más jodida de montar, que requiere tiempo, dinero y ganas y que, quieras que no, lo vas dejando para luego y, al final, se te olvida. O eso o viene una tormenta gorda y te hunde la flota.

La pequeña Corea, por su parte, no se podía permitir el lujo de ponerse chula con el Imperio del Centro, porque hacía frontera por tierra y a la mínima de cambio los chinos les podían mandar un ejército de 50 millones de soldados para explicarles quien manda aquí. El rey de Corea era súbdito del emperador chino y no se hable más. La cosa solía estar calmada pero, a veces, a los japoneses -o por lo menos a sus gobernantes- les daba el yu-yu y decían que querían conquistar el mundo empezando por China y hacían desembarcar un ejército en Corea, que es el camino más corto. Los coreanos, que eran menos, iban corriendo a pedirles ayuda a los chinos -ya que para algo eran un reino vasallo-, y todos acababan haciéndose sangre en el campo de batalla. Y esa historia se ha repetido, más o menos con los mismos actores, hasta el siglo pasado.

Rojo arriba y azul abajo, como la península.

Dicen que lo que no te mata te hace fuerte, y parece ser que el hecho de pasarse la vida entre dos grandullones broncas hizo de la pequeña Corea un país con un fuerte sentido de Sentimiento Nacional, por llamarlo de algún modo. O comes o te comen. Las ideas de Nación=Raza=Cultura=Territorio son poderosas en Corea como lo son en Israel, otro país que también estaba en medio de todo y también le llovieron hostias cuando los asirios se zumbaban con los egipcios, los romanos con los partos, etc. No es que tu dios esté enfadado contigo y te castigue, es que el solar que has elegido está a mitad de camino de todo y los ejércitos y uno y otro bando acabarán pasando por ahí, y quemarán tu casa a la ida y a la vuelta.

En Corea, por tanto, ya que no siempre pudieron presumir de las ideas de Nación o Territorio (ni siquiera ahora, por lo menos en cuanto a la idea de territorio unificado) lo compensaron con las ideas que les quedaban: las de Raza y Cultura, sobre todo Cultura: para que no les catalogasen como un subproducto de una civilización más poderosa, como las de sus vecinos, hicieron hincapié en sus propias particularidades y creaciones culturales. De dichas creaciones, entre lo más conocido destaca el traje femenino tradicional, el hanbok -seguro que os suena de algún mundial, es uno que lleva la cintura a la altura de las tetas- . Pero, sobre todo, acostumbran a destacar la escritura coreana, el hangul.

Hanbok con ristra de pimientos incluida.

El hangul es el gran orgullo de Corea (actualmente de ambas); lo mandó crear hace seis siglos un rey coreano muy bueno como alternativa al chino escrito, que resultaba muy pero que muy jodido de aprender -de hecho, la escritura china estaba pensada para resultar difícil, para que sólo una élite burocrática muy preparada pudiera emplearla-. Ahora, el hangul ha llegado a prácticamente el mundo entero: son esos simbolitos tan raros que vienen en los complementos de Pucca.

Desde que Corea se dividió en dos países distintos, ambos han impulsado por el mundo la cultura coreana. Pueden resultar curiosas las diferentes posturas que han seguido en cuanto a la mayor vía actual de comunicación, el interneto: mientras Corea del Sur ha apostado plenamente por internet, ya a un nivel de política nacional, Corea del Norte puede presumir de ser prácticamente el país del mundo con menos páginas web (sólo 2, aunque en sí el país aún no tiene dominio, tiene reservado .kp). Cuando me encontré con la página oficial de Corea del Norte, la verdad es que me sorprendió un poco por su nivel de cutrerío. Quienes lo deseen pueden deleitarse con la sección musical, que no tiene desperdicio -mi favorita es No motherland without you, aunque Don´t ask my name tampoco está nada mal, con ese delicioso toque de organillo. Luego está esta otra, que presenta un diseño más alegre y luminoso y, quizá por ello, a mí me acojona incluso más.

Corea del Norte es un país muy extraño, que pese a todo puede presumir de sus particularidades nacionales: puede chulear de ser el país más inaccesible del mundo (aunque últimamente están abriendo mucho la mano, al ampliar el turismo); también puede ir con la cabeza muy alta por tener la única dinastía comunista del mundo, y de ser el único país comunista que paradójicamente emplea dos palabras distintas para el término camarada: una para cuando hablas o te refieres a un superior en el escalafón y otra para con un inferior. Su población se muere de hambre pero el freak de su dirigente dedica aproximadamente el 25% de su escaso PIB a gasto militar (puesto 22). Da igual que el mundo se mueva y cambie, para bien o para mal: ellos siguen a su rollo, viendo sólo lo que quieren ver ("50 años y pico", toma ya). Yo creo que está feo aceptar de alguien 150.000 toneladas de comida (100.000 en 2002 y 50.000 en 2003) y luego llamarle bandido, aunque sólo es mi opinión.

Ya nos lo dijo el viejo maestro Chiun, "Corea es el país más hermoso sobre la faz de la tierra". Los coreanos, tanto del norte como del sur de la península, han sufrido mucho a lo largo de su historia. Han sido invadidos y esclavizados tantas veces que incluso asombra que hoy día queden coreanos vivos para salir en Perdidos. Esperemos que encuentren una solución pacífica y no tengan que sufrir más.

4.21.2006

Esquelas tristes y leyendas del cine quinqui

“Hay un mimetismo en lo escabroso, y vas entrando en unas áreas de sordidez alucinante. Es un miedo incontrolado que no deja de atraerte. Yo descubrí en mí mismo eso de lo que tantas veces te permites hablar y opinar: lo marginal.”

Así hablaba Eloy de la Iglesia en una entrevista para El Mundo. Él, como casi todos los personajes que aparecieron en sus películas, fallecía en circunstancias trágicas hace unas semanas.

El cine quinqui es una maraña que alimentó a sus propios actores y a los personajes en que se basaban. Con José Antonio de la Loma, se llega a un metalenguaje que puede resultar confuso en Perros Callejeros II, pero no era nada más que el principio de una extraña cadena. El actor que interpreta a Torete (pseudónimo del Vaquilla) es en realidad amigo del verdadero Juan José Moreno Cuenca “El Vaquilla”( él no pudo protagonizar la película por estar recluido en prisión). Tras el éxito de taquilla de Perros Callejeros, en la segunda parte el actor replica a un nuevo y ficticio Vaquilla «¿Chicas? Las que quiero. No veas cómo se me dan. Y desde que hice la peli ya es demasiao, me esperan en la puerta con las bragas en la mano».


Cómo no voy a ligar con esta chaqueta tan guay.

Canciones de los Chunguitos, fugas, atracos y una frase que se repite hasta la saciedad: “Por mi libertad”, impresionaron a “El Jaro” que aprendió viendo Perros Callejeros nuevas mañas para delinquir. El Jaro, más tarde, inspiraría la película de Eloy de la Iglesia, “Navajeros”. Jose Luis Manzano, un chaval de la calle recogido por Eloy, interpreta al personaje real del “Jaro”. Ninguno de los dos, actor y personaje muere de muerte natural ¿Os habéis perdido ya en la cadena?

Al contrario que Eloy, parece ser que Antonio de la Loma sí que intentó que sus chicos siguieran el buen camino, que aprovecharan la fama que les daban las películas protagonizadas por ellos mismos para labrarse un buen futuro: «No supieron asimilar el éxito. En lugar de aprovecharlo para encauzar sus vidas y salir de la marginación, se dejaron llevar. Yo hice lo que pude, pero se me morían de tres en tres. Siempre me quedó cierto resquemor por lo que quizá puse en sus manos y no supieron aprovechar»

También “El pirri”, Antonio Flores, José Luis Manzano. Todos ellos aparecieron en las películas de E. de la Iglesia, todos murieron como siguiendo una estela comidos por su propio personaje. Y también Eloy, como un Thomas de Quincey del siglo XX, parecía estar metido hasta el cuello en un mundo que intentaba reflejar. Por eso quizás sus películas son más crudas o menos mitificadoras que las de José Antonio de la Loma, quien lo veía todo desde una perspectiva más lejana.


El potorro salvaje de Rosario Flores en “Colegas” aún hoy puede conmocionar a las almas delicadas.

Para mayor leyenda, muchos de los actores de de la Loma y de la Iglesia, murieron a principios de los noventa. Mientras saludábamos a Cobi, ellos se retorcían de SIDA o descansaban para siempre con una rápida sobredosis.

Como la realidad, la ficción también expresaba lo mismo: “Pirri no tardó en descubrir el gusto al caballo. Y a los pocos días corría al galope como si no hubiera hecho otra cosa en toda su vida” (del “Pico II)


El Pirri (el mejor) no permite que le rompan el culo a un amigo

En este interesante foro de Bloody Planet sobre el cine quinqui se pueden ver claramente las dificultades con las que se topan los usuarios al buscar información acerca de los actores de este género o sobre los personajes que interpretaban. Se confunde la vida real con la ficticia, se construye una literatura que a todos nos gustaría creer por lo fantástico de las situaciones pero que, por falta de fuentes, muchos se muestran reacios a admitir que las cosas ocurrieron exactamente así.

La mayoría de las películas sobre el Vaquilla de De La Loma, se exportaron al extranjero. Sin embargo, las quinquis de Eloy de la Iglesia, por lo que sé, sólo se estrenaron aquí, en México e Italia. Me resulta curioso encontrarme con algunas opiniones américanas en el directorio IMDb sobre “Perros callejeros” (Street Warriors):

Uno opina: “La película es interesante de un modo extraño. ¿Pero por qué no pudieron mostrar al menos un adolescente como a un ser humano decente?" Y un tejano: “Interesante estudio de personajes que muestra cómo los jóvenes españoles pueden ser tan salvajes como los americanos”.

¡Bien! Ya era hora, sinceramente no tenía ni idea de que alguien de ese país pudiera entender este tipo de cine. Ni siquiera que estuviera al alcance de manos americanas, al fin y al cabo Internet te da a menudo sorpresas como ésta.


“Igual que tengo un par de tetas tengo un par de huevos”

¿Tod Browning o Eloy de la Iglesia?

En la actualidad no se hace nada parecido en España, podríamos decir que “Barrio” es la margarina de lo quinqui, “Báilame el agua” una película perpetrada por actores de barrio alto con rostros demasiado sonrosados para ser yonkis terminales. La verdad es que lo más honesto que encuentro es la miniserie “Padre coraje” del 2002.

Estando así las cosas, sólo nos queda esperar a que los benditos padres del cine español, que marcan lo que mola y lo que no, se decidan a sacarle un poco más de partido a este género, quizás con un “GTA La Mina”, un videojuego de tirones desde coches, puentes y navajazos varios, en fin todo lo que se llevaba por aquel entonces. Yo, seguro, me lo compraría.

Saludos, amiguitos.

4.13.2006

Semana Santa o trajes que no molan un duro.

Queridos amigos, no sé a ustedes, pero a mí siempre me han fascinado los horteras, paganos e histriónicos trajes con los que se inundan por esta época las calles de este quijotesco país.


Distinguiría a un Cofrade de honor
del Cava de un nazareno de a píe?


Y es que, aunque respeto las creencias personales de cada uno, no puedo soportar la tremenda hipocresía que supone el desfile de nazarenos, encapuchados o como se llamen, en semana santa.

Para empezar, muchas de las personas que hay debajo de esas "sábanas" están ahí sin haber puesto un pie en una iglesia en su vida, otras están ahí por una religiosidad primitiva propia de otras épocas y otros participando por mera “diversión”. Todo esto me parecería genial si no es por el hecho de que luego se venda esto como una religiosidad fervorosa y consciente de todos sus participantes.

Por otro lado, la elección del vestuario me parece del todo surrealista, no digamos nada sobre sus nombres: “Nazareno de la Quinta Angustia” , “Cofradía del santísimo Cristo de la Agonía, Santo Entierro y Los Romanos” (¿y nadie más?) o “Cofradía de la Virgen del Primer Dolor” (no quiero comentar lo que me sugiere esta última porque no es que sea una cosa muy religiosa).


Luce un hábito blanco nacarado y rojo pasión
de Karl Lagerfeld, rematado con cayado de caoba .

Las procesiones supuestamente bajo el mecenazgo de la Iglesia Católica están recargadas de un paganismo tremendo, con profusa simbología masónica y adornos chabacanos solo posibles en este país.

Papi, seguro que esto es Disney World?


Pero bueno cada uno es libre de hacer lo que le plazca, eso sí, que no me hagan como ayer en mi pueblo, donde cientos de personas disfrazados de nazarenos o guardias imperiales de la Guerra de las Galaxias (no sabría decir cual de las dos a ciencia cierta) pasaron retumbando sus tambores en la que ellos llamaron “Procesión del Silencio”. Manda huevos!

Aunque quizá esto de los nazarenos no sea solo cosa de España, ¿no creen?

Hermanos del paso del santísimo dolor negro.

¿Semana santa Sevillana o Malagueña?

4.07.2006

Te espero en la puerta

Si alguna vez usted ha utilizado (o utilizase) la frase "te voy a atizar" para amenazar a alguien, es que probablemente, hasta este momento, jamás se ha visto envuelto en una pelea y, de este modo, yo le considero un ser humano incompleto. ¡Ojo! No digo que sea mejor ni peor, sólo incompleto, como, por ejemplo, si siguiese virgen a los 78 años.

¡El bocata de panceta, ya!

Para el resto de los mortales, sin embargo, la cosa cambia. En mayor o menor medida todo ser humano que se precie de serlo ha ejercido violencia física en algún momento de su vida.
Casi con toda seguridad, tú y yo y el vecino del quinto –e incluso Fulanito y Menganito- nos hemos visto envueltos en alguna que otra reyerta; independientemente de la intensidad, hemos utilizado la violencia de buena o mala gana, a pesar nuestro o de los demás. O sin pesar, qué cojones.
Y es que es inevitable. No se puede separar una cosa de la otra; la violencia física y el mamífero humano, digo, están intrínsecamente unidos, enroscados como dos (2) caracoles en constante cópula (disculpen el símil).

Desde los albores de los tiempos, desde la época del gran monolito negro y rectangular, los pueblos que han ido habitando el planeta se han enfrentado por cualquier quítame allá esas pajas.
Al principio los enfrentamientos eran básicamente a hostia limpia, pero poco a poco, con la llegada de las edades de los diferentes metales, la cosa fue salpicando un poco más, introduciendo todo tipo de utensilios. Con el paso de los años y el crecimiento de una clase dominante que vio prontito el pastelazo que significaría el uso exclusivo de la violencia sobre los demás (el encargado de justificar esto fuer un tal Hobbes), una idea nueva se nos fue inculcando en los genes: evitar, en la medida de lo posible, un uso indiscriminado del hasta entonces popular cachiporrazo y ya eres mía.
A pesar de todo, la violencia jamás se ha convertido en un reducto exclusivo de los mandamases militares o de los aristócratas, ni siquiera de la iglesia, aunque bien es cierto que estas tres pandillas han hecho un uso muy elaborado e imaginativo del arte de hostiar al prójimo.
Pero centrémonos en lo que toca, que me estoy yendo por los afluyentes y buena sombra me cobija. Aunque no lo parezca, yo quería hablar de la violencia ejercida de modo individual contra otros o, más concretamente, uno contra otro, esto es, de las peleas, las bullas, las reyertas o las películas de Juan Claudio.

Peleas (¡OOOOOR-YUKEN!)

No lo neguemos, una buena pelea posee un poder de seducción muy elevado. ¿Qué ocurre cuando se genera una tángana (sí, sí, con tilde en la primera A) por ejemplo, un sábado por la noche? Pues que en pocos segundos los dos valientes gladiadores (oye hijoputa, que me has tirao el cubata) que se han enfrentado se encuentran rodeados por una muchedumbre de curiosos y voceros con sed de sangre, aunque simulen separar a los contendientes (¡cogedme que lo mato!).

Pero como en botica, en cuanto a peleas tenemos de todo, oiga, a lo largo y ancho del globo. No sólo entre mamíferos anda el juego.
En el norte de Tailandia, así como a lo largo ancho del Japón, las peleas de escarabajos rinoceronte son un ritual que se toma muy en serio. El kwang (thai) o mushi (japo), el Gran Escarabajo Luchador, es reverenciado por la gente como un poderoso guerrero. Durante la temporada de pelea, los entrenadores preparan sus insectos gladiadores para este festival anual en el que se mueven grandes cifra de dinero en apuestas (recuerden el principio de Rambo III). De hecho, en Japón se ha desarrollado un videojuego exclusivamente de combates entre escarabajos que ha tenido bastante éxito.

Poderoso guerrero descansando

Las peleas de gallos también gozan de gran popularidad en el sudeste asiático así como a lo largo y ancho de los ex-imperios precolombinos. Cuando llega la hora de las tortas los cuidadores acoplan unas afiladas cuchillas a las patas de los gallitos. Un espectáculo edificante que al cabo de pocos segundos recuerda a una pelea de almohadas en una fiesta de pijamas como las de Grease, todo lleno de plumas volando.
Bueno, y sangre de pollo.
Pero no se queda ahí la cosa: peleas ilegales de perros de presa, combates de boxeo contra canguros (e incluso entre dos humanos), peleas de mangostas contra cobras (no apueste contra la mangosta), peleas en las aulas grabadas en el móvil, etc., el abanico es muy amplio.

MMA

Y, joder, que resulta que esto siempre es negocio. Así pues, si ponemos a dos tipos de 95 kg encima de un ring a darse de hostias, pues por cojones tiene que ser aún más negocio. En este sentido, y dejando de lado el interesante mundo de ESE deporte de caballeros ; probablemente son los combates de MMA los que más dinero y morbo mueven entre los aficionados a la saliva, el sudor y la sangre.
No se confundan, las siglas MMA no significan Ministerio de Medio Ambiente, que también, sino a Mixed Martial Arts, o sea, Artes Marciales Mezcladas, más conocidas en España por obra y gracia de Merdeces Milà y sus ya afamados reportajes de investigación, como Valetudo. O, según la denominación acuñada mientras escribía este post, Menos en los Huevos, Donde Quieras (MHDQ).

Para, para, que se me ha caído una lentilla
Aún a riesgo de que automáticamente me consideren un desequilibrado, les confesaré que, tan sólo como espectador y aficionado, me he adentrado en este mundo que garantiza a los espectadores las mismas sensaciones que debían experimentar los patricios romanos en el Coliseo o Tina Turner viendo al Loco bajo la Cúpula. Pan y circo.

Y para muestra, tres botones: Uno, Dos y Tres (esta última tiene tela).

Y yo me pregunto: ¿qué será lo próximo, qué nos depara el futuro en el deportivo y caballeresco mundo de las luchas cuerpo a cuerpo? Pues yo me decanto por lo que les gusta a los japoneses, que en esto de la violencia marcan tendencias: peleas entre lo que ellos llaman Mechas, es decir, robots antropomórficos de varios metros de altura manejados por un solo tripulante. Y si no tiempo al tiempo. Un ejemplo para que lo tengan más claro: Mazinger Z contra los Brutos Mecánicos del Barón Ashler.
Bueno, me marcho que tengo que llevar a Poli Díaz a Las Barranquillas para vender garrafas de agua a los yonkis.

Alí Bumayé.