Pobre y pequeña Corea



El cine quinqui es una maraña que alimentó a sus propios actores y a los personajes en que se basaban. Con José Antonio de la Loma, se llega a un metalenguaje que puede resultar confuso en Perros Callejeros II, pero no era nada más que el principio de una extraña cadena. El actor que interpreta a Torete (pseudónimo del Vaquilla) es en realidad amigo del verdadero Juan José Moreno Cuenca “El Vaquilla”( él no pudo protagonizar la película por estar recluido en prisión). Tras el éxito de taquilla de Perros Callejeros, en la segunda parte el actor replica a un nuevo y ficticio Vaquilla «¿Chicas? Las que quiero. No veas cómo se me dan. Y desde que hice la peli ya es demasiao, me esperan en la puerta con las bragas en la mano».
Canciones de los Chunguitos, fugas, atracos y una frase que se repite hasta la saciedad: “Por mi libertad”, impresionaron a “El Jaro” que aprendió viendo Perros Callejeros nuevas mañas para delinquir. El Jaro, más tarde, inspiraría la película de Eloy de la Iglesia, “Navajeros”. Jose Luis Manzano, un chaval de la calle recogido por Eloy, interpreta al personaje real del “Jaro”. Ninguno de los dos, actor y personaje muere de muerte natural ¿Os habéis perdido ya en la cadena?
Al contrario que Eloy, parece ser que Antonio de la Loma sí que intentó que sus chicos siguieran el buen camino, que aprovecharan la fama que les daban las películas protagonizadas por ellos mismos para labrarse un buen futuro: «No supieron asimilar el éxito. En lugar de aprovecharlo para encauzar sus vidas y salir de la marginación, se dejaron llevar. Yo hice lo que pude, pero se me morían de tres en tres. Siempre me quedó cierto resquemor por lo que quizá puse en sus manos y no supieron aprovechar»
Para mayor leyenda, muchos de los actores de de la Loma y de la Iglesia, murieron a principios de los noventa. Mientras saludábamos a Cobi, ellos se retorcían de SIDA o descansaban para siempre con una rápida sobredosis.
Como la realidad, la ficción también expresaba lo mismo: “Pirri no tardó en descubrir el gusto al caballo. Y a los pocos días corría al galope como si no hubiera hecho otra cosa en toda su vida” (del “Pico II)
En este interesante foro de Bloody Planet sobre el cine quinqui se pueden ver claramente las dificultades con las que se topan los usuarios al buscar información acerca de los actores de este género o sobre los personajes que interpretaban. Se confunde la vida real con la ficticia, se construye una literatura que a todos nos gustaría creer por lo fantástico de las situaciones pero que, por falta de fuentes, muchos se muestran reacios a admitir que las cosas ocurrieron exactamente así.
Uno opina: “La película es interesante de un modo extraño. ¿Pero por qué no pudieron mostrar al menos un adolescente como a un ser humano decente?" Y un tejano: “Interesante estudio de personajes que muestra cómo los jóvenes españoles pueden ser tan salvajes como los americanos”.
“Igual que tengo un par de tetas tengo un par de huevos”
¿Tod Browning o Eloy de la Iglesia?
En la actualidad no se hace nada parecido en España, podríamos decir que “Barrio” es la margarina de lo quinqui, “Báilame el agua” una película perpetrada por actores de barrio alto con rostros demasiado sonrosados para ser yonkis terminales. La verdad es que lo más honesto que encuentro es la miniserie “Padre coraje” del 2002.
Saludos, amiguitos.
Para empezar, muchas de las personas que hay debajo de esas "sábanas" están ahí sin haber puesto un pie en una iglesia en su vida, otras están ahí por una religiosidad primitiva propia de otras épocas y otros participando por mera “diversión”. Todo esto me parecería genial si no es por el hecho de que luego se venda esto como una religiosidad fervorosa y consciente de todos sus participantes.
Las procesiones supuestamente bajo el mecenazgo de la Iglesia Católica están recargadas de un paganismo tremendo, con profusa simbología masónica y adornos chabacanos solo posibles en este país.
Peleas (¡OOOOOR-YUKEN!)
No lo neguemos, una buena pelea posee un poder de seducción muy elevado. ¿Qué ocurre cuando se genera una tángana (sí, sí, con tilde en la primera A) por ejemplo, un sábado por la noche? Pues que en pocos segundos los dos valientes gladiadores (oye hijoputa, que me has tirao el cubata) que se han enfrentado se encuentran rodeados por una muchedumbre de curiosos y voceros con sed de sangre, aunque simulen separar a los contendientes (¡cogedme que lo mato!).
Pero como en botica, en cuanto a peleas tenemos de todo, oiga, a lo largo y ancho del globo. No sólo entre mamíferos anda el juego.
En el norte de Tailandia, así como a lo largo ancho del Japón, las peleas de escarabajos rinoceronte son un ritual que se toma muy en serio. El kwang (thai) o mushi (japo), el Gran Escarabajo Luchador, es reverenciado por la gente como un poderoso guerrero. Durante la temporada de pelea, los entrenadores preparan sus insectos gladiadores para este festival anual en el que se mueven grandes cifra de dinero en apuestas (recuerden el principio de Rambo III). De hecho, en Japón se ha desarrollado un videojuego exclusivamente de combates entre escarabajos que ha tenido bastante éxito.